La escena que ocurrió ayer en el Circuito de las Américas puede sonar bastante familiar a quienes allá por 1981 atestiguaron el Gran Premio de Brasil. No era la radio, como la que indicaba a Franco Colapinto que no supere a Pierre Gasly en la antepenúltima vuelta de la pista de Austin, si no que eran los carteles por la pista del barrio de Jacarepaguá, los que obligaban a Carlos Reutemann a darle prioridad a su compañero. Pero, el espíritu rebelde que inspiró a Colapinto ayer, también animó a "Lole" a vulnerar las reglas. Y aquella desobediencia fue una marca en la historia: un argentino vencedor, un compañero furioso y un acto de rebeldía que resonó en las relaciones de la escudería.
"Estoy decepcionado": Pierre Gasly rompió el silencio tras la maniobra de Franco Colapinto en Alpine durante el GP de Estados UnidosCuando los volantes solo tenían la función de dirección, había una palanca de cambios al lado del vehículo, no existía el fabuloso sistema de telemetría ni una radio para comunicarse con los boxes, el único aviso que tenía el multicampeón piloto argentino era un cartel desde los boxes que dictaba una orden clara: "Jones-Reut".
La obligación de ceder estaba en la cláusula
El domingo 29 de 1981, una revolución ocurrió en el equipo británico de Williams, a quien "Lole" representaba en el circuito carioca. La escudería venía de la victoria por dobletes en Long Beach, donde Jones había salido primero y Reutemann segundo, aunque el argentino venía ganando. Lo ocurrido fue elocuente ya que el piloto no era de cometer fallas de novato, pero la cláusula de los "siete segundos" le obligó a dejar a su compañero pasar primero.
Pero esa fue la última vez que Reutemann cedió su lugar. Una tormenta se descolgó con llovizna que de a ratos fue aguacero. El campeón, Nelson Piquet decidió salir con gomas lisas y fue hundiéndose en el pelotón. Reutemann tomó el mando desde el arranque y dominó el ritmo a gusto. Cuando iban 50 vueltas de una carrera pactada a 63 que terminó un giro antes, "Lole" le llevaba 5s10 a Jones. Todavía no había aparecido ninguna señalización. En el vínculo del argentino con Williams existía esta cláusula que le daba prioridad a Jones en caso de que estuviera a menos de siete segundos de Reutemann.
Una carrera ganada y muchas consecuencias
Fue en la 55ª vuelta cuando un letrero surcó entre los boxes. La indicación no daba lugar a segundas lecturas: "Jones-Reut" era la orden que quedó expuesta hasta el 59º giro. Pero Reutemann no hizo caso y ganó aquel Gran Premio. Cruzó la meta con 4s43 de ventaja sobre su compañero australiano.
La carrera terminó y Lole logró la victoria, lo que sería la penúltima de su campaña en la F1. “Nunca vi ningún cartel. La carrera fue difícil porque llovía todo el tiempo y había que concentrarse en el auto para no cometer el más mínimo error”, dijo Carlos. “Desde hoy, Reutemann es un enemigo más”, retrucó Jones.
“Se puso el cartel porque era lo establecido para casos como éste, Reutemann debió acatar la orden en la vuelta siguiente en la que se lo colocaron”. comentó Williams.
Tal vez aquella desobediencia le costó el título a Reutemann, algo que nunca reconoció o por lo menos se animó a reconocer. En el libro que escribió el periodista Alfredo Parga, titulado "Los días de Reutemann", Lole expresaba lo siguiente sobre aquel momento: "Alfredo, si yo veía ese cartel no podía regresar a la Argentina".
Aquella rebeldía de Reutemann parece haber inspirado a Franco Colapinto a superar a su compañero este domingo. Y aunque no se trató de una guerra por los primeros lugares, las indicaciones, que al piloto le llegaron por radio, de dejar que su compañero pasen primero, simplemente quedaron en un anuncio pasajero, como ocurrió en la pista carioca de 1981.